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domingo, 28 de enero de 2018

De Loco de belleza, de Felipe Aldana



 Lucy Campbell
















Hablábamos bajo los árboles
umbrosos
donde conversan las nieblas

tan
suave
como una lágrima
descendió la noche

del azar
tomó cuatro palabras
las puso de corral
contra los vientos

y esperó una vida
que el infinito
quedara dentro.

Felipe Aldana
De Loco de belleza



sábado, 20 de enero de 2018

Clara, de Fernando Giucich




Este libro se llama CLARA y me lo obsequió un amigo de facebook Fernando Giucich.

Fernando Giuchich nació en Asunción (Paraguay) y reside en Buenos Aires desde 1969. Cursó abogacía y Comercio exterior. Integró la redacción de periódicos estudiantiles y colaboró en la redacción de libretos para audiciones radiales sobre crítica cinematográfica.

CLARA es su primer libro y encierra una selección de poemas escritos entre 1980 y 2005.

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Los poemas que integran esta antología son verdaderas imágenes y sentimientos que nos acercan a nuestra esencia: el yo interno. Y es ahí donde podemos experimentar la sensación de nostalgia, amor, paz, descontento, hermandad... Cada obra es en sí misma un espejo de la realidad que vemos a diario  y que nos sorprende, nos moviliza... y como todo artista nos emociona.

LFraix



SECRETOS

Hay un susurro
que me cuenta
tus secretos,
hilvanando en penumbra
dos lágrimas desnudas.
Salí a buscar
tu pálida sonrisa
pero no pude encontrarte.
Estabas no muy lejos,
allá, en la ladera del monte
alumbrada por la luna.
Si te preguntan,
de improviso,
si es amor lo que sientes,
dile a tus amigos
que guarden tu secreto.



PALABRAS

No recuerdo cómo
ni donde.
Fue en la estepa
congelada de una tarde
de invierno.
Escuché las palabras
entretejidas con el ruido
de los bocinazos implacables.
Era cierto.
Tan cierto
como el hijo
que estremece mi conciencia.
Me derrumbé
entre mis propios escombros
aterido por el temor
de seguir viviendo,
de seguir mintiendo,
de morir atrapado en la vorágine
de las horas sin tiempo.
Y en ese ritual
de los murciélagos negros,
me di cuenta
que estaba solo,
muy solo,
hablando a las paredes.

Fernando Giucich

Clara
Poemas escondidos y otras locuras.

viernes, 19 de enero de 2018

Fantasmas, de Gerardo Molina













Una claridad de lluvia
lunada, sobre los campos
parece nieve la brisa,
parecen de oro los pájaros.
Arriba, las Tres Marías
luz de mi silencio, abajo.

En el cristal de la senda
tu fantasma y mi fantasma
retratados.

El tiempo le pone alas
al humo de mi cigarro
y hay un viajero celeste
que a un horizonte gitano
se lleva las Tres Marías...

Cambia el silencio, la brisa
y hasta el color de los pájaros.
En el cristal de la senda
ha quedado mi fantasma
solitario.


Gerardo Molina


domingo, 7 de enero de 2018

Epitafio, de Juan Gelman





Un pájaro vivía en mí.
Una flor viajaba en mi sangre.
Mi corazón era un violín.

Quise o no quise. Pero a veces
me quisieron. También a mí
me alegraban: la primavera,
las manos juntas, lo feliz.

¡Digo que el hombre debe serlo!

Aquí yace un pájaro.
Una flor.
Un violín.



Juan Gelman



Juan Gelman 
Ganador del premio "Cervantes" en 2007, 
en 1997 el Premio Nacional de Poesía en Argentina,
en 2000 el premio "Juan Rulfo",
en 2004 el Premio Iberoamericano de Poesía "Ramón López Velarde",
en 2005 los premios Iberoamericanos "Pablo Neruda" y "Reina Sofía".

Nació el 3 de mayo de 1930 en el barrio porteño de Villa Crespo (Argentina)




Poemas de Armando Santillán


Obras de Jeannette Woitzik



IGNORO



Ignoro 
por qué persigo la voz de mi padre 
si nunca me enseñó el camino.

Ahora en el suburbio de la vida,
entre árboles
que cubren mi mansedumbre
sigo paso a paso 
el dictado infinito de la sangre.

Despertar en los bosques de la infancia.

No hay regreso posible
donde la niebla determina un rostro.

Instruye el hijo entre las guerras
que afloran por la ingle y los alcoholes,
por la suprema esperanza en la palabra.
Instruye
por previstos segmentos y engranajes,
la herencia de solitarias lluvias.




POEMA



Este vacío desdeña
días acantonados en batallas solitarias,
buscando el ángel que merodeaba en
míticos atardeceres.
Infancia de atrevidos enjuagues
antes de la cena,
cientos de ojos centelleaban
a la vera de árboles agolpados
en la ventana.
Dónde esa inquieta condición de niño.
Breve en la ficción del agua
y el tortuoso sentido de los caminos.
Regresan los miedos.
El ángel ha perdido la voluntad
del encuentro.


Armando Santillán.



sábado, 6 de enero de 2018

De Gustavo A. Bécquer





“El alma que hablar puede con los ojos,
también puede besar
                 con la mirada.”


Gustavo A. Bécquer ( 1836-1870)





jueves, 4 de enero de 2018

Contrabajo, de Leopoldo Lugones




Dulce luna del mar que alargas la hora
de los sueños del amor, plácida perla
que el corazón en lágrimas atesora
y no quiere llorar por no perderla.

Así el corazón se queda grave,
y por eso el amor, áspero o blando,
trae un deseo de llorar, tan suave,
que sólo amarás bien si amas llorando.

Leopoldo Lugones. (1874-1928)


Yo sólo pensaba en ti, de Delmira Agustini



Arthur Hughes

Si has muerto
mi pena enlutará la alcoba levemente
y estrecharé tu sombra hasta apagar mi cuerpo
y en el silencio ahondado de tiniebla,
y en la tiniebla ahondada de silencio,
nos velará llorando, llorando hasta morirse
nuestro hijo: el recuerdo.

Delmira Agustini


lunes, 1 de enero de 2018

La sombra de mi alma, de Federico G. Lorca


León François Comerre


Diciembre de 1919 (Madrid)



La sombra de mi alma
huye por un ocaso de alfabetos,
niebla de libros
y palabras.

¡La sombra de mi alma!

He llegado a la línea donde cesa
la nostalgia,
y la gota de llanto se transforma
alabastro de espíritus

¡La sombra de alma!

El copo del dolor
se acaba,
pero queda la razón y la substancia
de mi viejo mediodía de labios,
de mi viejo mediodía
de miradas.

Un turbio laberinto
de estrellas ahumadas
enreda mi ilusión
casi marchita.

¡La sombra de mi alma!

Y una alucinación
me ordeña las miradas.
Veo palabras de amor
desmoronada.

¡Ruiseñor mío!
¡Ruiseñor!
¿Aún cantas?.


Federico García Lorca.

El niño, de Ada García



 Emile Munier




El niño estuvo y estará siempre..
El niño estará en la choza, en el palacio,
en el iglú, en el rancho,
en el valle, en la montaña, en la calle, en la casa,
en la iglesia, en el orfanato... y hasta en el cielo.

El niño estará a pesar del aborto, de la pobreza,
de la desnutrición, de la droga,
de la violencia, de las guerras...

Si tú no quieres oírlo, él gritará más fuerte.
Si tú no lo aceptas, él perseguirá tu mirada.
Si tú lo criticas, él se rebelará.

Cuando penetres en su mundo, ya no podrás salir.
Él puede convertirse en tu amo, en tu juez, en tu maestro,
en tu rey y hasta en tu Dios.
No lo subestimes nunca: él te escuchará siempre,
aunque creas que no te presta atención.
Él imita tus gestos, tus palabras.
Él ama u odia como tú lo haces.
En un segundo puede transformarse de ángel en demonio.

Sí, es verdad, no es fácil manejarlo, entenderlo, corregirlo...
Pero tú no olvides que tienes un arma poderosa
en tus manos, y es seguro que él sucumbirá ante ella:
tu arma... es tu amor.

Ada García